Tres textos breves de Wilfredo Machado


LA INVENCIÓN DEL FUEGO 
En el sueño la mujer entró en el vagón y vino a sentarse justo a su lado. A esa hora la estación del metro estaba casi vacía. Los trenes viajaban  a gran velocidad. No daba ni siquiera tiempo de leer los carteles que desaparecían como manchas brillantes sobre el muro y que quedaban atrás sumidos en la oscuridad de los túneles. Recordó que la mujer olía al humo de mil bares y al deseo de tantas preguntas sin respuesta que se habían quedado flotando en el aire turbio del salón bajo la música de la orquesta. Corazón de sombra. Pensó que era un buen título para un bolero.
—¿Qué estación es ésta? —, preguntó con cierta urgencia, como si de ello dependiera su vida.
—No sé—, respondió. Es difícil reconocer las estaciones a esta hora.
—¿Para dónde vas?—
 —Dos caminos—
—¡Ah, eres de los indecisos!—, dijo con cierta ironía.
Fue en ese preciso momento que sacó un cigarrillo del bolso y le pidió fuego.
—Yo no fumo—, respondió cortésmente.
     Entonces, acercándose, le susurró casi al oído ¿por qué ese gran incendio sobre tu cama?
     Cuando despertó, el apartamento ardía en llamas. Apenas tuvo tiempo de huir escaleras abajo para salvar la vida. Por instrucciones del Cuerpo de Bomberos todos los inquilinos debieron abandonar el edificio  esa misma noche. Su corazón, su vida, sus huesos olían a humo. Se sentó en la acera a observar como las llamas iban desapareciendo entre los escombros. No había nada que hacer. Cuando más tarde tomó el metro —casi al amanecer, entre obreros de la construcción y estudiantes somnolientos—, la mujer todavía estaba allí, en el mismo vagón, aguardándolo. El cigarrillo apagado colgando entre los labios.  

AVISOS CLASIFICADOS
 Hombre feo y deforme, mayor de edad, serio, no fumador, amante de las buenas costumbres y con las mejores intenciones, está a la búsqueda de mujer fea y deforme, mayor de edad, bien educada y de buenas maneras, amante de la ópera y con mucha paciencia, que no le importe engendrar un monstruo para el Circo Internacional de los Hermanos Arbus. Se garantiza buena remuneración y royalties por cada monstruo engendrado en cautiverio. Las candidatas deberán remitir fotografía reciente y constancia de buena salud antes de la entrevista. Se ruega abstenerse a misses y reinas de belleza.
 LA SOLEDAD DE LOS NÁUFRAGOS
  Lo cierto es que me comería a esta sirena viva, sino tuviera tantas escamas. Pero…entonces ¿quién me cantaría por las noches?



1 comentarios:

Juan Romagnoli | 1 de junio de 2010, 23:52

"La invención del fuego" es excelente. Felicitaciones.

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